Luego de las recientes conversaciones entre los gobiernos de Castro y Obama el pasado diciembre y el levantamiento de algunas restricciones de viajes para los ciudadanos norteamericanos, existe un clima de curiosidad y misterio entre la comunidad norteamericana que quiere conocer la isla y ya se han suscitado numerosos diálogos entre las compañías aéreas,turoperadores y comunidades de viajeros sobre estos hechos.
En voz de Collin Laverty, dueño de Cuba Educational Travel, en Washington, D.C.“Hay una especie de sentido de urgencia por parte de los viajeros... La gente percibe que se está a punto de una apertura, de modo que quiere ir allí cuanto antes”, una afirmación que ya recorre el pensamiento de muchos curiosos y viajeros aventureros que estarán dispuestos a conocer una isla tan cercana geográficamente y tan lejana políticamente por más de medio siglo.
Los recientes sondeos demuestran que Cuba podría ser un destino priorizado para la mayoría de los norteamericanos en sus viajes al Caribe, lo cual trae consigo una incógnita para el gobierno cubano ¿Estaremos preparados para el enorme flujo de turistas que en tan poco tiempo estarán arribando a Cuba?, una cuestión importante sobre el escritorio de las autoridades del turismo en Cuba quienes tendrán que prepararse de todas formas pues ya se ha arraigado la idea de viajar entre numerosos habitantes de Estados Unidos.
Por el momento, aquellos ciudadanos americanos que estén comprendidos entre las 12 categorías que fueron recientemente aprobadas por el congreso norteamericano pordrán viajar a Cuba a realizar determinadas actividades sin necesidad de una licencia específica de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC), un paso de avance en las relaciones comerciales entre ambos países.
Si bien es cierto que los norteamericanos ya preparan sus equipajes para viajar, también es una realidad que la apertura traerá no pocas desilusiones en cuanto a alcanzar una habitación con los estándares requeridos por clientes tan exigentes, sobre todo en temporada alta (diciembre-abril) debido a que existen compromisos establecidos ya con Canadá, el mercado estrella de la isla y otros mercados alternativos a los cuales no se va a renunciar por el momento, así como un lento crecimiento que cubre la demanda creciente de habitaciones de 4 y 5 estrellas, que por supuesto para la próxima temporada no quedarán resueltos. Las autoridades del turismo en Cuba deberán segmentar cuidadosamente el mercado norteamericano y posicionar los servicios que cubran sus necesidades en estos mercados sin llevar a la masificación del turismo norteamericano, al menos no los primeros años, pues la política podría verdaderamente fracasar en vez de ser una importante fuente de ingresos.
En voz de Collin Laverty, dueño de Cuba Educational Travel, en Washington, D.C.“Hay una especie de sentido de urgencia por parte de los viajeros... La gente percibe que se está a punto de una apertura, de modo que quiere ir allí cuanto antes”, una afirmación que ya recorre el pensamiento de muchos curiosos y viajeros aventureros que estarán dispuestos a conocer una isla tan cercana geográficamente y tan lejana políticamente por más de medio siglo.
Los recientes sondeos demuestran que Cuba podría ser un destino priorizado para la mayoría de los norteamericanos en sus viajes al Caribe, lo cual trae consigo una incógnita para el gobierno cubano ¿Estaremos preparados para el enorme flujo de turistas que en tan poco tiempo estarán arribando a Cuba?, una cuestión importante sobre el escritorio de las autoridades del turismo en Cuba quienes tendrán que prepararse de todas formas pues ya se ha arraigado la idea de viajar entre numerosos habitantes de Estados Unidos.
Por el momento, aquellos ciudadanos americanos que estén comprendidos entre las 12 categorías que fueron recientemente aprobadas por el congreso norteamericano pordrán viajar a Cuba a realizar determinadas actividades sin necesidad de una licencia específica de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC), un paso de avance en las relaciones comerciales entre ambos países.
Si bien es cierto que los norteamericanos ya preparan sus equipajes para viajar, también es una realidad que la apertura traerá no pocas desilusiones en cuanto a alcanzar una habitación con los estándares requeridos por clientes tan exigentes, sobre todo en temporada alta (diciembre-abril) debido a que existen compromisos establecidos ya con Canadá, el mercado estrella de la isla y otros mercados alternativos a los cuales no se va a renunciar por el momento, así como un lento crecimiento que cubre la demanda creciente de habitaciones de 4 y 5 estrellas, que por supuesto para la próxima temporada no quedarán resueltos. Las autoridades del turismo en Cuba deberán segmentar cuidadosamente el mercado norteamericano y posicionar los servicios que cubran sus necesidades en estos mercados sin llevar a la masificación del turismo norteamericano, al menos no los primeros años, pues la política podría verdaderamente fracasar en vez de ser una importante fuente de ingresos.
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