Después de más de cincuenta años de embargo económico llevado a cabo por los Estados Unidos para desestabilizar y aislar al archipiélago cubano, sobre todo en temas estratégicos para la mayor de las Antillas como el turismo, ya se empieza a pensar en grande.
A partir de ahora, los ciudadanos estadounidenses podrán visitar la isla caribeña por diversos motivos: en viajes religiosos, culturales, visitas familiares, en ayuda humanitaria, periodistas y otros casos; pero además estos podrán importar de Cuba objetos por valor de hasta 400 USD, y hasta 100 USD en productos cubanos tan demandados como el ron y el tabaco; ambos de amplio reconocimiento mundial.
Con el restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba se pondrá fin a una serie de políticas que el gigante norteamericano ha practicado por más de cincuenta años y que han estado relacionadas con la exclusión de la plataforma mundial a Cuba, una isla del Caribe con un régimen socialista y con una riqueza cultural, patrimonial y paisajística envidiable.
Con el levantamiento de las prohibiciones de viaje hacia Cuba de los estadounidenses, la emisión de turistas hacia la isla caribeña decididamente aumentará en forma exponencial, hecho que traerá como consecuencia que el estado cubano deba preparase para recibir a un mercado con características bien marcadas, exigente, amante de las compras, de la hotelería de lujo, del servicio exclusivo y del contacto con la población local. Entonces cabría preguntarse: ¿estará Cuba preparada para la afluencia del mercado norteamericano?, sería una buena cuestión a debatir por las autoridades.
A partir de ahora, los ciudadanos estadounidenses podrán visitar la isla caribeña por diversos motivos: en viajes religiosos, culturales, visitas familiares, en ayuda humanitaria, periodistas y otros casos; pero además estos podrán importar de Cuba objetos por valor de hasta 400 USD, y hasta 100 USD en productos cubanos tan demandados como el ron y el tabaco; ambos de amplio reconocimiento mundial.
Con el restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba se pondrá fin a una serie de políticas que el gigante norteamericano ha practicado por más de cincuenta años y que han estado relacionadas con la exclusión de la plataforma mundial a Cuba, una isla del Caribe con un régimen socialista y con una riqueza cultural, patrimonial y paisajística envidiable.
Con el levantamiento de las prohibiciones de viaje hacia Cuba de los estadounidenses, la emisión de turistas hacia la isla caribeña decididamente aumentará en forma exponencial, hecho que traerá como consecuencia que el estado cubano deba preparase para recibir a un mercado con características bien marcadas, exigente, amante de las compras, de la hotelería de lujo, del servicio exclusivo y del contacto con la población local. Entonces cabría preguntarse: ¿estará Cuba preparada para la afluencia del mercado norteamericano?, sería una buena cuestión a debatir por las autoridades.
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